Miercoles 9 de noviembre 1.46 A.m

El solo miraba aquella pantalla  y poco a poco su existencia empezo a delatar la marca de la derrota  y aquella escencia de rechazar todo lo que venía de mi simplemente se disolvía. Deje de leerlo en ese preciso momento. luego de tirar su orgullo por la borda, se había ido, había desaparecido. La calma era tan sincera que me sentia insegura de sentirla, pero sabía que en este momento era el fin de todo lo que habia sufrido. Cerré los ojos y de repente estuve delante de una ventana. Afuera, la lluvia caia impune sobre cuanto objeto rozaba, y adentro a mi lado las gotas en mi cara descendían rápidamente. Luego las nubes se fueron, las gotas dejaron de golpear todo a su alrededor y la claridad me bañó con su luz cristalina.


Finalmente, la oscuridad de había ido de mi vida.