viernes, 18 de noviembre de 2011

Si no existieran las cosas dificiles no valorariamos nada de lo que tenemos o conseguimos.

Porque me dí cuenta que esta vida las únicas cosas que valen la pena son aquellas por las cuales tenes que luchar cueste lo que cueste, no importa cuales sean las circunstancias ni como te sientas al respecto.

Y sí,  a todos nos debe pasar, de querer obtener algo con toda la facilidad del mundo. ¿Pero que valor le estamos dando en realidad si no movimos ni un dedo para conseguirlo?
Y contradictoriamente es un poco molestoso no conseguir todo rápido, como uno desea y como lo pintan sus propias expectativas, y que no siempre todo se dé como lo esperamos y queremos que sea.
Cuando todo parece ir bien siempre empiezan aparecer esas piedritas en el camino, con las cuales tenemos que evitar tropezar, y buscar la manera de saltarlas para no volver a caer, y el resultado después va a estar cuando veamos todo el camino que cruzamos saltando y superando cada uno de esos obstáculos que nos pusieron, y vamos a darnos cuenta de que valió la pena cada saltito para llegar a la recta final de cada uno de nuestros objetivos.

Yo voy a seguir saltando, no importa cuanto me canse.

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