Sabía que se prometió a si misma no volver a sentirse así en otros abrazos. Y de pronto llega el con el mundo en sus sonrisas. Y rompe la promesa. No podía imaginar el miedo que tenía. La miró como sabiendo lo que sentía, o al menos lo que pensaba, la abrazó y le dijo: " No voy a irme, no me quiero ir"
Fue más que suficiente-
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